Hoy en día la información toma cada vez más importancia cuando se trata de la toma de decisiones de los consumidores. Datos como calorías, ingredientes, materiales, lugar de origen e incluso si es un producto que se puede reciclar o degradar rápidamente, es información determinante para que los compradores se inclinen por tu producto y no por el de la competencia.
Otros datos importantes que podemos conocer gracias a las etiquetas es: Quién lo hizo; dónde; cuándo; cómo debe usarse y el contenido de los ingredientes que contiene. Esto es fundamental ya que cualquier error o daño que el producto pueda generar, contamos con toda la información necesaria para aclarar de donde vino el problema.
Gracias a las etiquetas y su evolución en el mercado, las marcas se han vuelto cada vez más transparentes con los consumidores, ofreciendo más y más información que no ayuda a tomar una decisión más informada.
¿Cómo se qué poner y cuál etiqueta va con mi producto?
Según los expertos, las etiquetas pueden ser:
Persuasivas
Usualmente se enfocan en un lema o slogan promocional que promocione el beneficio del producto de una forma más atractiva. Además, suelen incluir declaraciones como: Nuevo; mejorado o súper.
Informativas
Este tipo de etiquetas la mayoría de las veces no son opcionales, ya que por ley debes informar cuales son las especificaciones del producto. Tienen el objetivo de ayudar a los consumidores a que seleccionen adecuadamente los productos.
Se busca que sea información objetiva acerca del uso del producto, su cuidado, desempeño u otras características pertinentes.
De grado
Indican la calidad de producto mediante una letra, número o palabra específica. Esto se usa comúnmente en el mercado de las frutas y verduras.
Lo más recomendable es investigar a fondo o asesorarse con un experto, para saber las especificaciones de la información que debe contener tu producto de acuerdo a la industria o sector al que pertenece.